El pulso humano en cada palabra traducida: La esencia que transforma idiomas en conexiones globales.
Sin importar el ámbito, la traducción desempeña un rol crucial en la transmisión de ideas, información y valores. Y cada vez es más inquietante la eficacia e idoneidad del trabajo realizado por profesionales en la industria, en comparación con la traducción automatizada proporcionada por la Inteligencia Artificial (IA).
El progreso y el impacto de la IA en la traducción han permitido el desarrollo de aplicaciones de traducción instantánea que facilitan la interacción de los usuarios en diferentes idiomas. E igualmente, demuestra sus avances en celeridad y rendimiento, mientras continúa en un aprendizaje activo y adaptativo de las correcciones realizadas por humanos, con el fin de actualizar sus modelos en tiempo real y lograr naturalidad.
Sin embargo, si bien la IA ha evolucionado significativamente, es el humano quien posee la capacidad de comprender el contexto, adaptarse culturalmente y mantener el estilo, asegurando una comunicación efectiva y precisa, que preserva el significado y el propósito del texto original.
El nivel de comprensión contextual de los traductores humanos, quienes consideran los matices y sutilezas del lenguaje, permiten transmitir la intención del autor; algo que aún la IA se encuentra aprendiendo, pues actualmente se basa exclusivamente en patrones estadísticos.
Por otro lado, más allá de los aspectos lingüísticos de los idiomas de origen y destino, es indispensable el conocimiento profundo que tiene el traductor humano sobre las culturas asociadas, para traducir también los valores, las costumbres y las expresiones culturales, garantizando que el mensaje sea claro y apropiado para el público objetivo.
Ahora, en lo que respecta a la calidad, la traducción con IA destaca por su velocidad y eficiencia, pero todavía está lejos de igualar a la humana, sobre todo en textos extensos o proyectos multidisciplinarios, en los que el manejo de la terminología a lo largo del documento y la coherencia en el estilo, son cruciales para obtener precisión.
Así mismo, un profesional en el ámbito es capaz de conservar el estilo y la voz del autor, pues captura dichos elementos y los recrea en el idioma de destino, manteniendo la esencia. Además, garantiza la confidencialidad y seguridad de la información; lo que no sucede con la traducción automatizada, con la que se corre el riesgo de que los datos sean almacenados o utilizados por terceros.
Es de resaltar que, gracias al aprendizaje automático y a las redes neuronales, la traducción con inteligencia artificial ha resultado muy útil para aquellas traducciones simples y rápidas; pero aún se enfrenta al desafío de alcanzar el nivel de comprensión y capacidad de expresión lingüística equiparable a la del humano en una amplia variedad de contextos y lenguajes.