La traducción para SEO (Search Engine Optimization u optimización para motores de búsqueda) es un tema cada vez más relevante para las empresas que buscan expandirse globalmente. En principio, se trata de un enfoque especializado en los contenidos digitales y su posicionamiento en los buscadores web. Sin embargo, va más allá de la traducción tradicional.
En realidad, la traducción para SEO es un método para adaptar los contenidos originales y llevarlos a otro idioma en el contexto de los motores de búsqueda. Jamás se debe confundir con una traducción literal y tampoco se debe manejar igual. De hecho, para realizar este proceso se requiere del trabajo de un traductor capaz de transformar las palabras claves originales en palabras relevantes para una audiencia internacional.
Por esta razón, la traducción para SEO se debe realizar en el marco de una estrategia digital. Es así como se enfocan los esfuerzos del traductor en aumentar la probabilidad de conseguir que la audiencia encuentre los productos o servicios que desea en su idioma local. En estos casos, el manejo del lenguaje es determinante para llevar las palabras clave a los primeros lugares en buscadores.
¿Cómo se logra una traducción para SEO exitosa?
Lo más importante para que una traducción sea efectiva y genere tráfico hacia los sitios web es tener una metodología. Muchas empresas suelen cometer el error de traducir literalmente las palabras claves de sus campañas más efectivas, sin embargo, esta práctica no siempre trae los resultados esperados.
Por lo anterior, se puede afirmar que el éxito de la traducción para SEO consiste en un trabajo conjunto con la localización. De hecho, esta técnica es crucial para generar una mayor cercanía con la audiencia meta. En otras palabras, mejora la experiencia de usuario al hablar en su propio lenguaje.
Hay dos enfoques para realizar una traducción para SEO:
- Traducir los contenidos del sitio web y después realizar la optimización
- Identificar las palabras clave que serán seleccionadas para ser parte del proceso de localización.
Aunque el primer enfoque parezca más práctico, el segundo es más efectivo e incorpora la localización como herramienta de apoyo. Veamos algunas ventajas:
- Flexibilidad. Un aspecto muy útil para responder a los constantes cambios de relevancia que Google aplica a los contenidos.
- Adaptación al contexto. Esto es la esencia de la localización; contenidos que corresponden a las búsquedas de una audiencia local porque entienden la cultura.
- Medición precisa de resultados. Seleccionar las palabras claves con mayor impacto en el idioma de destino facilita el registro de los contenidos más efectivos. De esta manera se mejora la estrategia SEO a lo largo del tiempo.
Como se puede ver, el segundo enfoque se centra en la creación de contenido nuevo para las audiencias internacionales con base en el original. Por esta razón, responde mejor a las exigencias de Google, y también a las necesidades de los usuarios. Conozcamos a profundidad cómo aplicar este enfoque en sitios web optimizados:
Identificar las palabras clave
Este es el primer paso en el proceso de traducción para SEO. Para llevarlo a cabo es necesario hacer un análisis de las palabras en el idioma original. Posteriormente, se seleccionan aquellas que corresponden mejor a los criterios de búsqueda del idioma de destino.
Enseguida, se traducen las palabras y luego se realiza una lista de los sinónimos más relevantes para los buscadores. Esta parte del proceso puede iniciar con la traducción de las palabras clave del idioma original. No obstante, como se ha mencionado anteriormente, no se debe limitar a esta tarea.
Lo siguiente es analizar cada una de las palabras para verificar cuál es su valor en los buscadores. Los criterios para elegir se deben basar en dos aspectos fundamentales: baja complejidad y alto volumen en las búsquedas. Mediante esta combinación, los traductores pueden filtrar las palabras hasta identificar las que tienen más impacto.
Este trabajo investigativo se puede realizar con la ayuda de algunas herramientas especializadas. Otras opciones para analizar el volumen y la complejidad de las palabras son SemRush y Moz Keyword Explorer. También es de gran utilidad usar Google Ads y Google Trends para identificar las palabras que producen un mayor tráfico.
Una vez que las palabras hayan sido identificadas, se puede continuar con la traducción para SEO haciendo uso de una hoja de cálculo. Esto es muy útil para organizar las palabras claves y distribuirlas adecuadamente en el título, la meta descripción y la URL. Una recomendación en esta fase es asegurarse de evitar el exceso de palabras clave en los contenidos.
Por otra parte, no se debe olvidar que el algoritmo de Google prioriza las palabras claves y la escritura natural. Los mejores aliados para esto son la ortografía y la gramática. Además, no se debe olvidar que realizar una traducción para SEO es un proceso de escritura orientado a la gente.
Entender el funcionamiento de los buscadores
Cuando se habla de buscadores, Google es el primer nombre que se suele pensar. Sin embargo, existen otros motores de búsqueda que tienen más popularidad en diferentes regiones del mundo. Esto puede influir drásticamente en la elección de las palabras claves, pues es necesario entender la dinámica de cada buscador.
Teniendo en cuenta lo anterior, es muy probable que sea necesario enfocar las prácticas de traducción para SEO en Google. Por tratarse de un buscador global, se necesita conocer sus políticas y su manera de indexar los contenidos. Esto es clave para que el sitio web sea fácil de encontrar en el idioma de destino.
Indudablemente, conocer los protocolos y las dinámicas de Google es una gran ventaja al momento de traducir un contenido. Debido a que este gigante de tecnología cambia constantemente sus parámetros para indexar contenidos, siempre hay que mantener la flexibilidad para anticipar cualquier cambio de Google.
En el caso de Google, hay tres aspectos a los que se debe prestar especial atención:
- El contenido del sitio web
- Los enlaces externos
- La experiencia de usuario
Es muy importante que el contenido de los enlaces esté escrito de forma muy natural. El algoritmo de Google es capaz de detectar cuando un contenido está siendo forzado, lo cual puede resultar en una penalización. Además, debe corresponder con el idioma en que ha sido creado.
En otras palabras, se debe pensar como pensaría Google antes de crear una campaña para SEO. Esto significa que la atención al detalle debe ser muy alta en los textos, sin dejar de lado la coherencia. Así, se aumentan las posibilidades de éxito para los enlaces traducidos.
Para finalizar, se pueden recoger los aspectos centrales del proceso de traducción para SEO en los siguientes puntos:
- Identificación y creación de palabras clave en el idioma de destino con alto volumen de búsquedas
- Optimización de los contenidos web para facilitar el indexado de Google.
- Incorporar la localización al proceso de traducción.
- Crear enlaces de calidad con enfoque internacional para facilitar el posicionamiento en buscadores.
Autor: David Hernandez Ospina
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